El comienzo de mi despertar espiritual

Si tuviese que ponerle fecha al día exacto en que mi despertar espiritual comenzó, no sabría que decir, pues siento que esa búsqueda comenzó en el mismo instante en que nací, ya sé que no recuerdo ese día en particular, pero mi alma así lo siente. Siento que dentro de mi, siempre existió una sensación que confirmaba lo que yo pensaba, que existe mucho más de lo que a simple vista podemos apreciar y mucho más de lo que nos dicen y enseñan.

Muchas sensaciones que tenía de niña y me parecían peculiares aunque para mis adentros me decía a mi misma que serían normales, con el tiempo fueron cobrando sentido, eso sí, tuvo que pasar mucho tiempo, muchos años, muchas vivencias, algunas buenas y muchas otras malas, pero ahora sé que todas esas experiencias fueron necesarias para llegar a ser quién soy y sobre todo para que mi alma comenzase a ser quien es.

Y un poco más cerca en el tiempo, puede que unos tres años atrás, en una época en la que me sentía totalmente perdida y bastante sola, comencé a tener “extrañas” experiencias que me llevaron a vivir la otra parte de lo que somos, la parte que no podemos ver hasta que comenzamos a sentirla y experimentarla, os hablo de las energías que nos rodean, yo todavía no lo sabía pero eso era lo que estaba comenzando a experimentar.

Un día una gran amiga, que ahora siento como el detonante de mi despertar, me habló de un tipo de yoga y de los chacras y mi curiosidad interna me llevó a investigar un poco sobre el tema y como por suerte vivimos en la era de Internet donde casi cualquier cosa está al alcance de casi cualquiera, di con unos vídeos para abrir los chacras y ahí me puse, sin más a probar, enseguida pude sentir algunas sensaciones “extrañas” dentro de mi cuerpo lo cual me llevó a seguir con ganas de experimentar. Pero lo que realmente recuerdo como el gran comienzo de todo, fue el día que estaba intentando dormir una siesta y con los ojos cerrados, de pronto, vi una luz que subía rodeando mi cuerpo desde mis pies hacia mi cabeza y la cosa no quedó ahí porque durante varios días viví con asombro y expectación con una agradable sensación de cosquilleo sobre mi cabeza, para los entendidos, en mi séptimo chacra.

Y así es como cambió toda mi experiencia de vida y comencé a tener conciencia de las luces, los colores y de las energías que nos rodean pero sobretodo de mi Alma y de mi Espíritu.

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